Capítulo 8 - Bob Esponja

Su sonrisa me hacía creer en la magia. Me tumbé en la arena junto a él, y sentí el cálido tacto de la arena, giré la cabeza hacia la derecha y me quedé mirando su perfil mientras él miraba al cielo.
Si antes no me parecía un modelo, o un super bellezón, ahora sí que lo era. La luz del so bañaba su piel y acentuaba su moreno contrastando con sus ojos claros y su sonrisa medio blanca de anuncio vitaldent.
-¿Nos damos un baño?
-¿Intentas dejarme en ropa interior en la primera cita?-Perdonad mi mente perversa, pero esa ha sido siempre mi forma de ver las cosas, además no podía pensar en otra cosa que no fueran esos labios dignos de ser besados hasta que acabara el mundo por la mismísima Miranda Kerr, o Irina Shayk.
-Puedes bañarte con tu ropa, aunque no sé qué quedaría más sexy.
Incorporó medio cuerpo y puso su torso sobre mí, se acercó muy lentamente mirándome a los ojos y rozando mi cadera con sus manos. Cuando estaba a punto de besarme, subió 2 cm la boca y me mordió suavemente la nariz, sin hacerme daño. Después cogió un poco de arena del suelo y la puso sobre mi cuello. Se incorporó del todo con una destreza digna de admiración y huyó de mí con cara de "esta es mi travesura" mientras iba llegando a la orilla se fue quitando toda la ropa menos unos calzoncillos de Bob Esponja bastante graciosos. Al resto del mundo quizá esos calzoncillos les sentarían mal, pero a él, dios, daban ganas de quitárselos a mordiscos, hablando en plata, claro.
No tenía muy claro que podía hacer en réplica, pero seguí mi instinto de sirena y me quité la ropa, fue una suerte que llevara un conjunto tanga-sujetador de Women's Secret bastante cuco y conjuntado. Corrí hacia la orilla y cuando creía que podría derribarlo hacia la orilla, me abrazó y no me soltó.
-Al final he conseguido desnudarte a medias.
-Y yo a ti, Bob Esponja.
-Bonitos, ¿Verdad?-Rió dejando claro de que no se avergonzaba de sus (increíblemente perfectos) calzoncillos.- Y ahora que te tengo atrapada... ¿Qué voy  a hacer contigo?
-Sé piadoso por favor.
-No sé, señorita Lady Curl ha intentado usted tirarme al agua.
-No...Ha sido un delirio producido por comer una ensalada en mal estado. ¿Sabe usted, mister Honey a quién puedo reclamar?
Bajó hasta mis piernas y me agarró de ellas, de manera que quedé con el culo en pompa hacia él y casi comiéndome el suyo por la parte de atrás, me llevó a una parte que cubría un poco más e intentó obligarme a pedirle perdón por su exquisita cocina, y por intentar derribarlo. No lo consiguió, y me tiró al agua. ¡Estaba congelada! Pero conseguí tirarle a él también.
Después de unas 3 o 4 horas jugando entre la arena y el mar, sin darnos ni un solo beso y como niños decidí que era hora de parar con tanto jueguecito. Cuando salimos del agua y se tiró en la orilla me di cuenta de que aquella cala, playa o lo que fuese estaba desierto y que nadie podía vernos desde ninguna parte porque las rocas hacían de el lugar un gran escondite, incluso para los pescadores que se pondrían en un pequeñito muelle a pocos metros de distancia de donde estábamos.
Me subí encima de él, y recorrí con besos su cuello, de una forma romántica y supongo que bastante provocativa también.
-Para Lady, por favor...
-¿Por qué? ¿Es que no te gusta?
-Me gusta demasiado.
-No pretendía...
-No es culpa tuya, ya sabes que los chicos cuando llevamos cierto tiempo sin... Bueno que nuestro lívido es muy alto.
Eso me pilló desprevenida, comprendía lo de ir despacio, y comprendía lo de el lívido lo había oído muchas veces pero,¿Lo de que llevaba "cierto tiempo sin..."? Un chico como él, le gustaría a cualquier chica, y sobre todo podría salir de fiesta y conseguir a alguien aunque solo fuera para una noche.
-¿Cuánto llevas sin estar con ninguna chica?
-Unos 6 meses...
-Oh, es bastante.
-Sí... Me dejó. No voy a mentir, sé que tuve la culpa. -Sus ojos se pusieron algo vidriosos y por egoísta que suene solo pensé en ¿Pero no te gustaba yo? -Es una larga historia.
-Tengo hasta las nueve y media de la noche, ¿Crees que es tan larga?